Distribución paralela: una poderosa herramienta para ahorrar dinero e inyectar competencia en el mercado de la salud de Bélgica

En el mundo actual, es vital encontrar formas de ahorrar dinero y fomentar la competencia en el sistema de salud de Bélgica. La distribución paralela es una herramienta increíblemente poderosa que puede hacer precisamente eso por la gente de Bélgica. Primero, sin embargo, definamos qué es la distribución paralela. Así es como funciona: supongamos que una empresa compra medicamentos en un país europeo y los vende en otro, siempre cumpliendo con las normas y leyes más estrictas de la UE, eso es distribución paralela.
Entonces, ¿cómo puede la distribución paralela generar ahorros financieros e insertar competencia en el sistema de salud de Bélgica? Comencemos con los ahorros primero. Cuando se habilita la distribución paralela, se producen ahorros tanto directos como indirectos. Los ahorros directos se pueden ver mejor en cómo la distribución paralela impacta en los sistemas de salud de los países de la Unión Europea.
En estudios en Alemania, Suecia, Dinamarca y Polonia, realizados en 2018, se demostró que la distribución paralela genera aproximadamente 3200 millones de euros en ahorros generales para los sistemas nacionales de salud de estos países. Alemania registró los mayores ahorros con 2800 millones de euros, seguida de Suecia con 235 millones de euros, Polonia con 124 millones de euros y Dinamarca con 82 millones de euros. Estos ahorros son significativos. En términos relativos suponen el 6% del gasto total en medicamentos de las farmacias en Alemania, el 6% en Suecia, el 3% en Dinamarca y el 1,8% en Polonia.
Sin distribución paralela, el mercado de medicamentos (al menos el que no pueden alcanzar los medicamentos genéricos) no es competitivo y está protegido por patentes. Además, las empresas farmacéuticas se encuentran en una posición muy privilegiada a la hora de fijar precios. En lugar de trabajar con el objetivo de aumentar el acceso, estas empresas suelen estar más preocupadas por obtener los precios más altos posibles en cada Estado miembro. La discriminación de precios les permite extraer el máximo beneficio en cada país en función de la capacidad de pago de los medicamentos por parte del Estado miembro o del poder de negociación de la empresa.
Cuando se habilita la distribución paralela, los precios generalmente bajan, lo que beneficia a los consumidores en todos los mercados. Estos ahorros indirectos aportan la competencia dinámica que Europa necesita. Sin él, el mercado de medicamentos seguirá estacionado, poco competitivo y lento, especialmente en lo que respecta al precio.
Deben eliminarse las actuales barreras desproporcionadas a la distribución paralela de medicamentos en toda Europa. Estas barreras no solo constituyen restricciones injustificadas al comercio paralelo, sino que van en contra de la legislación de la UE y de los cimientos del mercado interior. Más importante, sin embargo, es el hecho de que la distribución paralela ayuda a los europeos individuales. Reduce los costos de los sistemas de salud, reduce los precios de los medicamentos y aumenta la competencia y el acceso. Fomentar la distribución paralela significa brindarnos a todos más opciones y una mejor atención.